En una jornada más de protestas en Yemen decenas de miles de manifestantes, divididos en dos grupos, salieron este miércoles a las calles de Taiz, en el sur del país, para pedir la renuncia del presidente Ali Abdula Saléh.
La multitud, que sigue siendo reprimida con violencia por las fuerzas del presidente yemení, cerró comercios y bancos en el centro de la urbe. Esta acción, calificada como “El tsunami de Taiz” por los activistas, ha sido la mayor demostración pública de repudio contra el gobierno nacional.
Los enfrentamientos entre las fuerzas del orden y opositores a Saléh, que lleva en el poder 32 años, se han saldado desde su inicio con unos 120 muertos.
Por lo que la comunidad internacional solicitó a Saléh que termine con las represiones y abandone el poder de forma pacífica, algo que fue rechazado, y propuso por su parte una transición que duraría hasta las elecciones parlamentarias, que se llevarán a cabo en diciembre próximo.
Sin embargo, el presidente yemení, aceptó una invitación de las seis naciones del Consejo de Cooperación del Golfo para sostener diálogos con representantes de la oposición en Arabia Saudita.
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